Educación y Desigualdad de Género

Educación Inca

El Yachayhuasi

El Yachayhuasi o Casa del Saber fue el centro de enseñanza para los jóvenes integrantes de la realeza y nobleza. Allí acudían para ser preparados como clase dirigente a cargo de los maestros o Amautas. 
La educación en este centro de estudios y preparación se orientó básicamente a cuatro aspectos: lengua (quechua), religión (dios Inti), manejo e interpretación de quipus (contabilidad y estadística) e historia militar (vinculada a las figuras y actos heroicos de los antepasados). Al término del ciclo de estudios, se encontraban preparados para la ceremonia del Huarachico, que los habilitaba como nobles capacitados para asumir funciones del gobierno. 

El Acllahuasi

Era el centro de formación femenina de la nobleza. Era la Casa de las Escogidas. Allí vivían las muchachas mas bellas del imperio, seleccionadas por su encantos, habilidad y capacidad. 
Ellas eran divididas en tres categorías: las exclusivas para el servicio y atuendos del Inca, las que se entregarían como premio para esposas de los nobles y las destinadas a servir en el culto y en la religión. Estas últimas eran las denominadas Vírgenes del Sol, no debían tener contacto mundano, ni aun el propio Inca podía visitarlas, debían conservarse puras y se dedicaban a la confección de implementos para la religión y sostenimiento culto. 

Educación popular

Como ya sabemos, la educación fue clasista, puesto que solo los hijos de los nobles podían acudir a los Yachayhuasi o Acllahuasi. Los demás, o sea el pueblo, tenia una educación destinada a su quehacer en cumplimiento de lo planificado por el gobierno inca, es decir, labores agrarias, construcciones de todo tipo, actividades de minería, ganadería, guerras, etc. 
Por esta razón el mejor maestro del niño, adolescente y joven del pueblo fue su propio padre. 
A los 14 o 15 años se ponían bajo el adiestramiento del maestro de armas de la comunidad quien los ejercitaba para su ingreso a la guerra. 

Educación Griega

En Grecia, solo los niños recibían educación, pues las niñas nunca pisaban la escuela. Ellas aprendían cocina, tratamiento de lana y tejido, y tal vez algunos rudimentos de lectura, calculo y música. Las muchachas jóvenes apenas salen al patio interior de su casa, ya que deben vivir lejos de toda mirada, alejadas incluso de los miembros masculinos de su propia familia. 
La enseñanza, la asistencia a clase, no era obligatoria. El padre de familia gozaba de total libertad para educar a sus hijos o permitir que otros lo educaran hasta los 18 años, edad en que el joven se convertía en ciudadano y debía realizar el servicio militar.    
Hasta que el niño varón iba a la escuela (a los 7 años) eran LA MADRE y LA NODRIZA quienes se ocupaban de él y le proporcionaban las primeras enseñanzas, que consistían en historias tradicionales, mitología y leyendas, y nada mas, pues las pobres mujeres, que prácticamente nada habían aprendido, nada podían enseñar. 


Conclusión 

En ambos casos de educación, observamos una desigualdad muy notable entre los derechos del hombre y de la mujer. Las mujeres han estado aparentemente ausentes en muchos ámbitos de la vida en general. Aparecen escasamente en la Historia, en la Literatura, en el Arte, en la Ciencia... Han tenido muchos obstáculos para poder desarrollar sus intereses y capacidades. 
Hoy nos encontramos con mujeres que participan activamente dentro de las actividades económicas, científicas y culturales, espacios que antes se veían abierto solamente para los hombres. 
Y así continuó siendo hasta 1918, con la Primera Guerra Mundial, cuando este panorama comenzó a tomar un camino distinto. La coyuntura de la guerra obligó a las mujeres a salir de sus casas con el consentimiento de sus padres y esposos. Los hombres debían ir a la guerra y alguien debía encargarse de las tareas que antes eran exclusivas para los hombres. 






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